jueves, 11 de julio de 2013

Ilusiones y temores.

     La noche se cernió sobre nosotros de forma tan rápida, que casi no me di cuenta de nada cuando caí en un profundo sueño. Un sueño lleno de llamas, de gritos, de ojos tristes que me miraban entre ese fuego intentando apagarlo con sus propias lágrimas. Tensión, ansiedad, no hay otras palabras para describir cómo me sentía en el sueño. Quería ayudarlo, darle mi mano para sacarlo del fuego y protegerlo, pero las llamas eran demasiado intensas para poder salvarlo. No podía hacer nada por él, lo perdía, y sólo podía quedarme mirando cómo se consumía lentamente entre las llamas...

     Desperté sobresaltada y envuelta en sudor. Break estaba preparando algo de desayuno, pero no veía ni rastro de Eras. Le pregunté, y me dijo que aún no había regresado, pero que no me preocupara porque era normal en él. Le gustaba controlar toda la zona y asegurarse que no corríamos ningún peligro.

     Comí algo de lo que preparó Break. Era un tipo de carne extraña... ¿conejo? No, no sabía igual, pero podría decir que era el sabor que más se asemejaba. Lo había acompañado de algún tipo de vegetal que, deduzco, era propio del bosque, porque jamás lo había probado, pero estaba delicioso. Era un sabor extraño, diría que tirando a salado, lo que le daba un toque particular, pero no podría compararlo con nada que fuera conocido para mí hasta el momento. La verdad, no tenía ni idea de lo que estaba comiendo, pero estaba realmente bueno y el hambre se apoderaba de mi.

     No hablamos demasiado durante el desayuno, quizás porque la anoche anterior ya había sido suficiente para mí, demasiadas emociones, y no quedaba mucho más que contar. Después de aquello, ninguno de los dos sabíamos bien que decirnos, así que nos comimos el roshir en silencio. Efectivamente, tenía razón, era como una especie de conejo, pero propio del bosque. Por como lo describía Break, parecían criaturas preciosas, pero me temo que no vi ninguno por aquellos alrededores, por lo que tuve que conformarme con el sabor de su carne. Además, si realmente era una criatura tan adorable, prefería no verla. No quería imaginármelo mientras comía, era demasiado sentimental con los animales.

     Cuando acabé de desayunar, le dije a Break que iría a la orilla del lago a darme un baño. Estaba bastante sucia, y más después de haber dormido en el suelo y de aquella pesadilla. Me alejé de él y me dirigí hacia el agua. Me deshice de todas mis ropas y las lavé un poco, tendiéndolas sobre una roca que encontré sobre la cual daba el sol. Después de eso, me metí en el agua. Estaba fría, pero era soportable. Verdaderamente me sentaba genial aquel baño, necesitaba relajarme, intentar no pensar demasiado en nada y disfrutar del agua, de la naturaleza, de la vida que desprendía aquel bosque. Era mágico, sin duda, no había más que mirar alrededor, sentir la brisa del aire sobre mi cuerpo, cerrar los ojos y empezar a navegar en el suave poder que desprendía sobre mí, que dejaba caer lentamente sobre mi cuerpo. Sí, lo sentía, sentía cómo el bosque me daba fuerzas, cómo me alimentaba de su poder, cómo me llenaba de vida con cada parte de su ser, con cada hoja, con cada viento que sonaba en mis oídos como una dulce melodía, con cada gota de aquel lago que me llevaba por él como si fuera su reina, con cada criatura que se detenía a observarme... Con todo, era mi mundo, lo sentí desde el primer momento en que me adentré en él, y lo seguía sintiendo ahora, en ese preciso instante en el que su naturaleza me embriagaba.

     Abrí los ojos, cegándome con la resplandeciente luz del sol que me iluminaba. Estaba flotando en el lago, tal y como me trajeron al mundo, sin preocupaciones, sin dolor, sin pena... Sólo con la felicidad y la paz recorriendo cada poro de mi cuerpo. Nadé un poco por el lago, hasta que me percaté de que había alguien más bañándose en él. Me escondí bajo el agua, sólo dejando mis ojos al descubierto para ver quién era e intentar no ser vista. Me acerqué cuanto pude y me escondí tras una de las rocas altas que sobresalían del agua. 

     Era increíble, parecía que aquel hombre siempre debía aparecer en el momento justo, era como si lo planeara, como si estuviera esperando a que yo estuviera por algún lugar para él llegar justo después. Sí, allí, en medio de aquel enorme y precioso lago, estaba el ser, la criatura más perfecta que jamás había conocido. Allí estaba él, completamente desnudo, lavándose como hacía yo unos instantes atrás. Era un espectáculo. Ese hombre, con aquel cuerpo deslumbrante que se escondía tan bien bajo aquellas ropas, recorriendo con sus manos cada rincón de su cuerpo para limpiarlo de cualquier impureza. Era realmente hermoso, un ser divino, y sin embargo más humano de lo que aparentaba. En aquel momento, mi cuerpo quería acercarse a él, volver a abrazarlo y sentirlo cerca de mí, sentirlo piel con piel. Poder besar esos labios que a tan escasos centímetros quedaron de los míos en aquel sueño. Volver a decirle que lo protegería, que no se preocupara de nada, que yo estaría siempre junto a él.

     Pero me temo que, en aquel momento, mi mente superó a mi cuerpo, y lo único que pude hacer fue observarlo por última vez, volverme y acercarme a la orilla para recoger mis ropas ya secas. Quizás no había sido valiente, quizás había sido inteligente, no lo sé. Pero no tenía prisa, no forzaría nada, esperaría lo que hiciera falta. Ahora mismo teníamos cosas más importantes en las que pensar, aunque mi mente quisiera traicionarme de vez en cuando escuchando a mi corazón y plasmando su imagen en mi retina. Era complicado, demasiado complicado, pero debía ser fuerte y luchadora, como le había prometido que sería, y debía saber distinguir que, lo primero que debía hacer, era llegar a las montañas y averiguar qué pasaba conmigo.

Eso sí, por mucho que hiciera caso a mi mente, aquella mágica visión jamás se borraría de mí.



     Me vestí rápidamente, intentado que Eras no se diera cuenta de mi presencia, y volví corriendo hacia donde teníamos la hoguera, o más bien los restos que quedaban de ella. Break ya se había encargado de recogerlo todo. Preparé mis cosas de nuevo, dispuesta a continuar con nuestro camino, cuando Eras al fin llegó. Nos saludó a los dos, tan amable como siempre, aunque su mirada estuvo más tiempo de lo normal fija sobre mí, como si me estuviera analizando. Me sonrojé de inmediato, pensando que quizás me habría visto en el lago, pero no dijo nada.

     Lo recogimos todo y partimos de nuevo rumbo a las montañas. Conforme nos íbamos acercando, más nerviosa me ponía. Tenía miedo, de lo que pudiera pasar, de lo que escondiera mi poder, de no estar a la altura del mismo... Era una situación nueva y bastante complicada para mí, pero estaba más que dispuesta a  llegar hasta el final.

     Caminamos por la orilla del lago durante bastante tiempo en silencio. Break iba muy ocupado escribiendo algo en un pequeño trozo de papel. Cuando le pregunté qué era, me dijo que le gustaba escribir todo lo que hacía, todo lo que veía y las aventuras que vivía junto a Eras, para nunca olvidar ni un sólo detalle y, cuando fuera mayor, poder recordarlos a la perfección, y poder leerle esas historias a los hijos que esperaba tener. Me pareció algo realmente tierno viniendo de él. 

     Cuando pasó un rato, Eras se acercó a mí. No me dijo nada, sino que se limitó a observarme y a caminar a mi lado. Hizo el amago de hablarme varias veces, pero parecía que no era capaz de articular palabra, tenía miedo, preocupación, aunque no sabía de qué. Al fin, fue capaz de dirigirse hacia mí.

— ¿Qué tal has dormido? — preguntó, aunque sabía que no era de lo que quería hablar realmente.

— Bueno, no estoy acostumbrada a dormir directamente en el suelo, pero la verdad es que bastante bien. ¿Y tú, dónde has estado toda la noche?

— Estuve por los alrededores vigilando, por si acaso.

— ¿No has dormido?

— No.

— ¿En serio? ¡Eras! ¿Cómo vas a ser capaz de aguantar todo el día sin dormir nada?

— Daphne... yo nunca duermo...

— Eso... es imposible... — No podía creerme que no durmiera nunca, ¿cómo si no iba a aguantar día tras día? Todo el mundo necesita dormir... y Eras era tan humano como yo, o al menos, eso pensaba... — Cualquier persona necesita dormir, Eras...

— No yo.

     No sé qué le pasaba, pero se ve que no estaba muy dispuesto a hablar, estaba distinto y no entendía el por qué, aunque tampoco me animaba a preguntarle.

— Creo que sabes de sobra el motivo...

— ¿Perdón?

— ¿Imagino que Break te lo habrá contado ya no? La historia de mi pasado, lo que hice... — Tenía razón, Eras no se había perdonado aquello, no había más que ver cómo me lo dijo y su tono, triste, apagado, completamente diferente al Eras que yo conocía hasta entonces. Era un peso sobre sus hombros, una horrible carga de la que nunca se había liberado.

— Sí.

— Si tienes miedo o quieres volver, lo comprendería.

— No digas tonterías, no he cambiado ni tan siquiera un poco la opinión que tenía sobre ti. Es tu pasado Eras, todos tenemos uno, y no por ello debo juzgar a nadie. Todos hemos cometido actos de los que nos arrepentimos, a todos nos gustaría cambiar algo de nuestro pasado, pero al igual que no queremos que nos juzguen por nada, no debemos ser jueces de nadie. Lo que hiciste pasó hace mucho tiempo, y yo valoro al Eras actual, al que tengo delante, al que me salvó aquel día en el bosque. Esa es la persona que yo conozco, a la que admiro y por la que pienso hacer este viaje, no el Eras joven, triste y enfadado que fueras en un pasado. A ese nunca lo conocí, y jamás opinaré nada sobre él.

     Su rostro cambió, fue como si parte de ese peso hubiera desaparecido. La tensión que sentía se alivió y volvió a sonreír como siempre hacía. Volvía a ser mi Eras.

— Eres demasiado buena Daphne, confías demasiado en las personas, y eso algún día te hará daño.

— Es posible, pero no puedo cambiar mi forma de ser. Tiendo a confiar demasiado en la gente, cierto, pero no siempre sale mal, ¿no? — dije sonriéndole, haciéndole ver que él era uno de esos casos, que sabía perfectamente que jamás me haría daño.

 Sabes que jamás te haré daño — me dijo recalcando cada una de esas palabras.

     Y así, con una sonrisa en nuestras caras, Eras me tomó de la mano y, juntos, continuamos nuestro camino por aquel hermoso paisaje. En aquellos momentos, creo que no era posible sentir mayor felicidad.

10 comentarios:

  1. Si yo hubiera sido Daphne, me habría quedado ahí espiándole muucho tiempo hehe Hay que aprovechar las cosas de la vida.
    "Sabes que jamás te haré daño" lo típico que dicen los tíos, pero al final habrá un momento en el que sí que te harán daño, pero luego vuelve todo a la normalidad y acaba bien *-* Espero que no hagas nada malo con Eras, que creo que estoy loquita por él. HHAHAH ya tienes a una fan loca. Normal, si tu historia es preciosa^^
    Besos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja Uf... tengo muchas cosas reservadas para ese hombre, y para ella también, pero ya las iréis viendo ^^
      Muchas gracias por los ánimos Alba, en serio, no sabes lo que ayuda escuchar esas cosas. Siempre me gusta saber la opinión de quién me lee, ya sea buena o mala, pero cuando es buena no podemos negar que nos alegra el día =D

      No puedo decirte más de la historia para no revelarte nada, pero espero que te sigan gustando los próximos capítulos ^^
      Un beso! ♥

      Eliminar
  2. Ha estado genial el capítulo! :D me ha fascinado y espero el que sigue con muchas ganas :)
    Me encanta tu forma de escribir! Saludos!

    ResponderEliminar
  3. ¡Muchas gracias! Es un halago que me digas eso, intento hacerlo lo mejor que puedo ^^
    Me alegra que te haya gustado el capítulo, pronto habrá uno nuevo =)
    Un beso y gracias por pasarte ♥

    ResponderEliminar
  4. Hola Sheniaaa :D te he invitado a un juego muy guay en mi blog, tienes que escribir un pequeño fragmento que continúe con el fragmento anterior (que he escrito yo), para formar una historia, y puedes nominar a alguien para continúe con tu fragmento. Pásate por mi blog, este es el enlace de la entrada
    http://eljuglardetinta.blogspot.com.es/2013/07/historias-de-fin-de-semana.html
    Espero que te guste, pensé en ti porque como escribes tan bien... :P avísame si no puedes hacerlo.
    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, muchísimas gracias por pensar en mí! En serio, me siento realmente contenta de que pienses eso, ¡y por supuesto que puedo hacerlo! Ahora mismo me paso a leer la historia y mañana sin falta lo publico ^^
      Un beso!

      Eliminar
  5. ¡Qué hermoso capítulo! Y no lo digo sólo por la imagen mental de Eras desnudo, por supuesto xD. Aunque, si te tengo que decir la verdad, yo que ella me hubiese quedado un ratito más xD.
    ¡Qué ternura lo de Break! Estoy segura de que un día el va a tener muchos hijitos a los cuales contarles su viaje <3.
    ¡Eras, mi vida! ¿Cómo podría alguien quererlo lejos? Me gustó mucho el diálogo de Daphne en el cual le dice que nadie tiene el derecho de juzgar a otros, me parece muy cierto, y demuestra también la fortaleza del personaje.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ya te echaba de menos Kuroneko!
      Me alegra que te haya gustado el capítulo, sabía que esa imagen os gustaría a más de una, me ha costado mucho describirlo porque me lo imagino tan perfecto que a veces se hace demasiado difícil.
      Es cierto que Daphne es muy fuerte, y lo demuestra en cada conversación seria que mantiene con Eras. Espero que también te guste el próximo capítulo.
      Un beso enorme! ♥

      Eliminar
  6. Es muy tierno el capítulo, aunque pensé que habría algo de acción, pero es mejor se disfruta más cuando se toma su tiempo. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado. La verdad es que cuando lo leo me doy cuenta que es cierto, hay poca acción, eso es algo que tengo que retocar :)
      Un beso!

      Eliminar