miércoles, 26 de junio de 2013

Oscuro pasado.

     Ocurrió hace muchos años, yo era aún bastante joven cuando él llegó a este bosque. Alguien lo abandonó en nuestras lindes siendo tan sólo un bebé. Tuvo suerte de que Ella lo encontrara. ¿Ella? Siempre se ha encargado de protegernos a todos, y con él no fue diferente. Lo cuidó como si fuera su hijo, le dio todo lo que pudo como madre, aunque siempre pensó que no fue suficiente. Debía ausentarse muchísimo, por lo que él pasaba bastante tiempo solo. Entonces, cuando cumplió dieciséis años, quiso saber, como cualquier joven curioso de su edad, quién era su padre y qué había sido de él. Ella le contó la verdad, que no era su verdadero hijo, aunque lo quisiera como tal, y que alguien lo abandonó cuando era pequeño, pero que nunca llegó a saber nada de aquella familia. Aquello lo destrozó. Huyó, huyó hacia los rincones del bosque que sólo él conocía, corrió hasta que ya no sentía las piernas, lloró hasta quedarse sin aliento, pero no se detuvo. Su mente no dejaba de trabajar a toda velocidad. Tenía otra madre, tenía otra familia que lo abandonó antaño... ¿Por qué? Esa era la pregunta que no dejaba de repetirse. ¿Por qué alguien sería capaz de abandonar a un bebé a su suerte, con la esperanza de muriera en aquel bosque? Esos eran sus pensamientos. Decía que, si su familia lo hubiera abandonado porque quisiera algo mejor para él no lo haría en mitad de un bosque, sino en alguna casa noble o en otro lugar. ¿Pero allí? Lo único que se le ocurría es que querían su muerte.

     Estuvo escondido durante días, semanas, todo el tiempo que necesitó para llegar a una conclusión: quería conocer a esa familia, quería saber por qué lo abandonaron, quería saber qué fue de su madre, de la que lo parió y lo abandonó sin remordimiento. Quería saber si existía alguna explicación para todo aquello.

     Y así, con ese propósito, salió por primera vez del bosque en dieciséis años. No sabía qué se encontraría fuera, ni siquiera sabía cómo encontrarla a ella, pero se fiaba de su instinto, nunca le había decepcionado. Ella quedó muy dolida por haberle engañado, pero sabía que Eras era fuerte, que encontraría a su madre y que, por fin, resolvería todas sus dudas. Confiaba en él.

      Pasaron meses, puede que hasta años, llegó un momento en que perdió la cuenta del tiempo. Recorrió miles de lugares, aldeas que aparecían en los mapas, otras que no, conoció a mucha gente dispuesta a ayudarle, y a otros tantos que intentaban robarle y engañarle, pero él era listo, tenía un don para saber cuando alguien era de fiar y cuando no. Y de esa forma, consiguió dar con ella. 

     Vivía en una pequeña aldea al norte del bosque, muy al norte. Era una aldea pobre, a la que le costaba siquiera conseguir comida para ellos mismos. Quizás por eso me abandonaran, quizás sí que querían una mejor vida para mí. Esos eran los nuevos pensamientos de Eras. Y con esa fuerza renovada, fue en busca de su madre.

     Y allí, en medio de la aldea, recogiendo unos maderos que se habían caído al suelo, estaba ella, una mujer de cabello castaño aunque con indicios de comenzar a volverse canoso. Vestía unos ropajes sucios y arrugados, y en las manos mostraba sus años y años de trabajo, al igual que las arrugas de su rostro mostraban todo el sufrimiento que habría pasado en su corta pero dura vida.

     Eras se acercó despacio, y mientras la miraba con los ojos con los que un niño perdido mira a su madre al fin hallada, le ayudó a recoger los maderos del suelo. Soy Eras. Pero ella no respondió, lo miró con desprecio y lo empujó, apartándolo de su lado. Lárgate. Una única palabra cargada de tanto odio. ¿Qué habría vivido esa mujer para responder así a un simple desconocido que intentaba ayudarla? Soy tu hijo. Y en aquel momento su rostro cambió, pasando del odio al miedo. Miró hacia todos lados, comprobando que nadie lo había escuchado, y le agarró del brazo, dejando los maderos en el suelo, y llevándoselo a su casa, donde nadie podía escucharlos.

     ¿Cómo has dicho? El miedo inundó sus pupilas, algo que Eras no lograba comprender. ¿No debería alegrarse una madre de encontrar a su hijo? Soy tu hijo, madre, al fin te he encontrado, después de tanto tiempo.

¡LARGO!

     No lo comprendía, no podía comprenderlo, era su madre, y lo trataba con tanto desprecio...


¡ERES UN MONSTRUO! ¡LÁRGATE DE AQUÍ Y DÉJAME EN PAZ!

     Y entre aquellos gritos y aquella mirada cargada de odio, Eras, al fin, se enteró de su  pasado. 

     Cuando era pequeño, tan sólo un bebé, su hermano mayor quiso acercarse a verlo. Tenía envidia, envidia de que sus padres sólo estuvieran pendientes del pequeño y ya no fuera el centro de atención, y por eso, se acercó con un trapo en las manos, y le cubrió la cabeza con él, dispuesto a acabar con aquel que le había usurpado el protagonismo. Entonces, cuando ella se acercó corriendo para detenerlo, algo pasó. Una fuerza descomunal hizo que el pequeño saliera despedido por los aires. Una fuerza que provenía del pequeño Eras, era poder, era magia, aunque aún incontrolada. El pequeño niño celoso voló, con la mala suerte de aterrizar sobre una horca, que acabó con su vida al instante. Su madre no podía creerlo, no sabía que había sido aquel poder que lanzó a su pequeño por los aires, pero no era nada bueno. Aquel bebé estaba maldito, y debía deshacerse de él antes de que acabara con toda la familia. Por eso lo abandonó en aquel bosque. Había oído que estaba maldito, y pensaba que, quizás allí, pagara por lo que acababa de hacerle a su pequeño.

      Eras no creía nada de aquello, no podía creer que hubiera matado a su propio hermano. Fue un accidente, y sin embargo su madre lo había condenado a una muerte segura por ello. Pero le salió mal, y allí estaba él, vivo y averiguando cosas que jamás hubiera pensado. Su madre cogió una hoz, y entre gritos de odio contra él, intentó matarlo y vengar a su hijo muerto. Sin embargo, en aquel momento, Eras sentía un odio hacia aquella mujer que nunca imaginó que sentiría, y como si su cuerpo sintiera aquel odio, empezó a liberar un poder, un poder inigualable que acabaría con la vida de su madre, de aquella mujer que acababa de intentar matarlo por segunda vez. Eras no tenía familia, nunca la tuvo realmente y jamás la tendría. Y mientras la casa de su infancia ardía en llamas, se juró a sí mismo que jamás volvería a amar a nadie, que jamás nadie sería capaz de amarlo, y que viviría solo.

     El crepitar de las llamas resonaba en su cabeza mientras se alejaba de allí, entre un mar de lágrimas de dolor y de desprecio a sí mismo. Caminó sin rumbo durante días, con los gritos de su madre resonando en su cabeza y las llamas inundando sus ojos. Era un asesino, lo fue desde que nació, y eso no podía cambiarlo nadie. Nadie, excepto Ella. 

     Lo encontró en la linde del bosque, tumbando y llorando, como la primera vez que lo vio. Lo arropó con sus ropas y lo estrechó entre sus brazos, mientras le decía que no pasaría nada, que el poder que él tenía servía para mucho más que para lo que lo había empleado hasta ahora. Que desde aquel momento, se convertiría en un protector del bosque, y que daría su vida por él. Que utilizaría su poder para el bien, y que aquellos actos sólo quedarían en el pasado. Porque el corazón que Ella sabía que tenía, era un corazón noble, ennegrecido por una sombra que jamás desaparecería, pero que no volvería a extenderse. Le juró que sería feliz, y que, algún día, alguien lo trataría como se merece, que alguien le cuidaría y le protegería, y le haría olvidar todo el dolor que ahora sentía tan dentro de él.


Y ese alguien, querida Daphne, eres tú.

12 comentarios:

  1. ¡Hola Shenia! Bueno, vaya que ha tenido un pasado muy triste Eras, aunque aún no me termino de creer lo que ha hecho, te juro que quede con los ojos como cuadraditos a medido que leía el capítulo. No acepto lo que le ha hecho su madre, pero tampoco apruebo lo que él ha hecho. Ahora, me pregunto de quien habrá heredado ese poder (?)
    Esperando el siguiente capítulo :) ¡Hasta pronto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como siempre, tus conclusiones y las preguntas que te haces con cada capítulo me encantan! ♥ Es una muy buena pregunta, y algún día será respondida ^^
      Gracias por pasarte siempre =)
      Un beso!

      Eliminar
  2. ¡Wow, incluso supero mis expectativas, que eran bien altas! El pasado de Eras es tan interesante, tan trágico a la vez... No sé qué sea el poder que tiene, pero no creo que sea una maldición: debe de ser un don, y va a servir para algo. Lo sé. Porque Eras es la cosa más tierna y linda que hay, y lo adoro.
    No puedo creer que su madre lo haya tratado así, y aunque nadie merezca morir, Eras no lo hizo con intención de dañar.
    Me atrae mucho esa impresión que das de Ella, tan maternal y tan serena...
    En síntesis, fue un capítulo espectacular, que me dejó con demasiadas ganas de leer el siguiente :).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡No sabes lo que me alegra oír eso! Era algo muy complicado, y me alegra mucho saber que no os he decepcionado con él.

      Tienes razón, es una pasado interesante pero trágico, y más adelante conoceréis más cosas sobre él :)

      De nuevo, muchísimas gracias por tus ánimos y comentarios.
      Un beso! ♥

      Eliminar
  3. Pues sí que es oscuro el pasado de Eras. Estoy de acuerdo con Kuroneko, el don no será malo, será bueno sobretodo si tiene que proteger el bosque.
    Besos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por pasarte y comentar :)
      Por supuesto, lo primordial para Eras es la protección del bosque, y hará lo que sea por él y por Daphne.

      Un beso! ♥

      Eliminar
  4. Vaya, Eras si que tiene un pasado estremecedor... Pobre, debió de sufrir mucho. Esperemos que ahora que Daphne está con él tengo la oportunidad que se merece de sentirse querido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias por pasarte! Pues sí, ahora Eras tiene una nueva oportunidad en su vida, y te aseguro que no la desperdiciará :)

      Un beso! ♥

      Eliminar
  5. ¡Me gusta mucho tu historia! Muy buena <3. Gracias por pasarte por nuestro blog, ya he afiliado a ambos, "El juego de Cartas" y este <3.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti por pasarte por mi bosque ♥
      Y gracias por la afiliación de ambos blogs!

      Un beso! ♥

      Eliminar
  6. Que bello capítulo. Que le hayas puesto música al blog le da otro toque, como que te sumerge aún más en la historia. Mi hipótesis, no sé precisamente que es, pero creo que, aunque con este capítulo entre a dudar, es la madre real de Daphne. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado, y me alegra también saber que te gusta la música que le he añadido al blog. Creo que es una melodía que le pega bastante, y es bueno saber que realmente he conseguido mi objetivo: adentraros más en la historia.
      En cuanto a tu hipótesis, me gusta saber que le has estado dando vueltas y que has llegado a ciertas conclusiones. Como comprenderás, no voy a decirte nada, pero me gusta tu hipótesis. Es bueno saber que mi historia os hace pensar sobre quién puede ser quién.
      Un beso muy grande, Lidia.

      Eliminar