¡Hija! escuché entre la multitud. Era mi madre, su melena rubia corría hacia
mí, y sus ojos verdes me miraban con verdadera preocupación. No había heredado
nada de ella, excepto su personalidad, creo. Era valiente, decidida, y no se
dejaba manipular por nadie. Tampoco me parecía a mi padre realmente. Tenía sus
mismos ojos, azules como el cielo, pero él también era rubio, algo más oscuro
que mi madre, pero rubio al fin y al cabo. Sin embargo, mi cabello era oscuro,
no negro totalmente, pero un castaño bastante ennegrecido. Más de una
vez había sido motivo de burlas, por decir que no era verdaderamente hija de
ellos.
Mi madre se
acercó a mí, y me echó su capa por encima para tapar mi desnudo cuerpo. Me
miraba con los ojos más preocupados que he visto nunca.
— ¿Dónde has estado? Te hemos estado
buscando toda la noche...
¿Toda la
noche? Seguía sin ser capaz de recordar nada. Pobre madre, tenía la cara
cansada, una cara que mostraba el perfecto reflejo de una larga noche en vela,
y todo era por mi culpa... Pero no podía explicarle nada, mi memoria seguía sin
querer funcionar, ni siquiera sabía por qué estaba en aquel bosque. La gente seguía
mirándome y susurrando, ¿qué es lo que pasaba?
— Madre, ¿por qué está todo el pueblo
aquí? ¿Qué ha ocurrido?
— Hija, llevas toda la noche fuera,
anoche te fuiste de la fiesta con Donovan y no hemos vuelto a saber nada de
vosotros, hasta ahora... Y encima apareces así, desnuda... ¿Qué ha pasado
cariño? ¿Te ha hecho algo? ¿Dónde está?
¡Con Donovan!
Vagos recuerdos empezaron a invadir mi mente, mientras mi dolor de cabeza se
incrementaba debido al esfuerzo. Anoche fue la fiesta del Sol, la
celebramos todos los años cuando el frío se va para dejar paso al Sol caliente.
Todo el pueblo se reúne en la Plaza Grande para celebrarlo. Comemos, bebemos,
bailamos... Es el único día del año que no existe distinción social: guardias,
carcineros, cobradores, altos cargos, pobres... todos nos reunimos en la plaza
y, por un día, somos iguales. Donovan es el hijo del mercader. Es un chico
alto, moreno, que no transmite nada bueno, la verdad. Hasta su nombre es
oscuro. Y su padre... bueno, más vale que tengas dinero si necesitas comprarle
algo, porque nunca da su brazo a torcer. Sabe aprovecharse de que es el único
que trae provisiones al pueblo...
Pero seguía sin entender nada, ¿qué hacía yo anoche con Donovan? No recordaba haber mantenido muchas conversaciones con él. De hecho, no es alguien con quien se pueda hablar de casi nada. Íbamos juntos a la pequeña escuela que ‘El Sabio’ creó para nosotros, para los pobres. Decía que le parecía bien que sólo los ricos pudieran aprender a escribir y a leer, que cualquiera debía tener ese derecho, y poder adentrarse así en los maravillosos libros que algunos habían escrito. Creo que nunca podré estarle lo suficientemente agradecida por aquello. Cuántas historias había leído desde entonces, cuántas aventuras, cuántos misterios, cuántos romances… Sin duda, vivía en los libros y en las historias que contaban por las calles, aquellas aventuras que yo nunca podría vivir. Donovan nunca había prestado demasiada atención en la escuela, y finalmente la dejó. Desde entonces nunca habíamos intercambiado más de dos palabras, y mucho menos, desde que rechacé su petición…
Pero seguía sin entender nada, ¿qué hacía yo anoche con Donovan? No recordaba haber mantenido muchas conversaciones con él. De hecho, no es alguien con quien se pueda hablar de casi nada. Íbamos juntos a la pequeña escuela que ‘El Sabio’ creó para nosotros, para los pobres. Decía que le parecía bien que sólo los ricos pudieran aprender a escribir y a leer, que cualquiera debía tener ese derecho, y poder adentrarse así en los maravillosos libros que algunos habían escrito. Creo que nunca podré estarle lo suficientemente agradecida por aquello. Cuántas historias había leído desde entonces, cuántas aventuras, cuántos misterios, cuántos romances… Sin duda, vivía en los libros y en las historias que contaban por las calles, aquellas aventuras que yo nunca podría vivir. Donovan nunca había prestado demasiada atención en la escuela, y finalmente la dejó. Desde entonces nunca habíamos intercambiado más de dos palabras, y mucho menos, desde que rechacé su petición…
— Hija, no me gusta ese hombre para
ti... no me da buena espina...
— Pues por fin estamos de acuerdo en
algo, madre.
— ¡No seas así! Algún día tendrás que
casarte te guste o no.
— ¡Pero es que yo no quiero casarme
por la fuerza con nadie! ¡Quiero ser libre madre! ¡Ver mundo! No quiero pasarme
el resto de mi vida aquí encerrada...
— Hija, te comprendo, pero no tenemos
dinero, y necesitamos que te cases para poder salir adelante. Sin tu padre todo
es demasiado difícil...
— Trabajaré.
— ¡Já! No digas tonterías, ¿quién iba
a contratarte? El único empleo que podrías conseguir en este pueblo sería de
fulana, ¡y me niego a eso!
— Venga madre, soy buena trabajadora,
seguro que en algún sitio me dan trabajo, déjame intentarlo, pero no me
obligues a casarme con nadie... Por favor...
— Cuando te pones así de pesada me
recuerdas a tu padre... ¡Está bien! Búscalo, y si de verdad eres capaz de
encontrar un trabajo, no volveré a hablarte de bodas.
— ¡Gracias madre!
Y
lo encontré. Conseguí un trabajo de camarera en el bar de artistas. No puedo
quejarme, todos los artistas, comerciantes y mercenarios que vienen a la ciudad
pasan por allí, así que cada día conozco a alguien nuevo, y todos me cuentan
cómo es el mundo, sus viajes, sus aventuras... No saben cómo los envidio. Pero
volviendo a la realidad, el pueblo seguía observándome...
—
Madre, no recuerdo nada. Esta mañana me desperté así en el bosque, pero estaba
sola. No sé nada de Donovan...
—
Tranquila hija, lo encontraremos, y averiguaremos qué ha pasado. Ahora ve a
descansar.
—
¡¿Piensas dejarla ir a dormir como si nada?! — Su voz resonó sobre el murmullo que llevaba
rato escuchado. Era Dorcas, el padre de Donovan, el hombre con quien menos
ganas tenía de hablar en aquellos momentos —. ¡Mi hijo está desaparecido y la
última persona que lo vio fue ella!
—
Dorcas, ya has oído a mi hija, no recuerda nada, así que no nos es de mucha
ayuda.
—
¡ME DA IGUAL! Quiero de vuelta a mi hijo, y me llevaré a tu hija a rastras si
es necesario.
—
Por encima de mi cadáver...
—
¡BASTA! — Esto no puede estar ocurriendo —. Dejad esta pelea absurda por favor.
Dorcas, no recuerdo nada de anoche, sólo sé que esta mañana me desperté en el bosque,
pero estaba sola. Tal vez Donovan siga allí por algún lado.
—
¿En el bosque? — Dorcas palideció —. Está bien, chicos, vamos a buscar a vuestro
hermano.
Dorcas
y sus hijos desaparecieron entre la multitud camino del bosque. Mi madre me
abrazó y me acompañó a casa.
—
¡Bueno, ya ha aparecido mi hija y ya sabemos dónde puede estar Donovan, así que
haced el favor de volver a vuestras casas y dejadla descansar! Creo que ya es
suficiente por hoy...
Todo
el pueblo comienzó a dispersarse, y al fin nos dejaron entrar en casa.
—
Madre, ¿qué ocurre en el bosque? Nunca me había dado cuenta de que había uno
cerca del pueblo.
—
Eso es porque tu padre y yo nunca te llevamos por allí... Dicen que ese bosque
está maldito, que todo el que entra en él no regresa...
—
Eso es una tontería madre, yo estoy aquí.
—
Sí, y es un milagro, así que te agradecería que no volvieras nunca más por
allí, no quiero perderte a ti también...
—
Está bien madre, tranquila...
—
Ahora duerme pequeña, ya es hora de que descanses.
Me
despedí de ella con un suave beso en la frente y me dirigí a mi cama. Cerré los
ojos, y poco a poco me fui sumiendo en un extraño sueño…
Estoy en el Bosque, pero esta vez vestida.
Hay un árbol enorme en el centro de él. Me acerco y lo toco, está caliente, es
como si tuviera vida... Me abrazo a él, no entiendo el motivo, pero me siento
protegida, y siento que me devuelve el abrazo, sus hojas me acarician la
espalda y me dan calor, y creo que el viento susurra mi nombre...
Abrí
los ojos de golpe tras escuchar demasiado ruido fuera de mi casa. Parece que de
nuevo estaba sucediendo algo. Me vestí rápido y me asomé a la ventana. Dorcas...
¡y Donovan! Al menos sigue vivo. Tras ver que mi madre estaba en la puerta con
ellos, decidí salir a ver qué ocurría esta vez para que no nos dejaran
descansar.
—
¡Tu hija es una bruja!
—
¡No digas tonterías Dorcas! Tu hijo estaba bebido, lo habrá soñado todo...
—
¿Qué ocurre madre?
—
Hija...
—
¡TÚ! ¡BRUJA! ¡DEMONIO! — rugió Dorcas. Donovan palideció al verme, retrocediendo
unos pasos, como si fuera a hacerle algo. El miedo estaba reflejado en sus
oscuros ojos, un miedo que jamás había visto en él. Era el típico matón del
pueblo, más bien, era él quién estaba acostumbrado a ver esa mirada en los demás,
y por una vez tenía miedo, y era de mí.
—
¿De qué diablos hablas? ¿Donovan, qué ocurre? — pregunté angustiada, queriendo
saber qué estaba ocurriendo allí, y que pasó anoche.
—
Tú... ¡casi me matas!
—
Explícate...
—
Anoche, en el bosque... los árboles — su rostro cada vez se estaba volviendo más
blanquecino. No sé qué pasó anoche en el bosque, pero yo me sentía segura
dentro de él cuando desperté, era como si quisiera protegerme, aunque no me creía
esas historias que contaba mi madre.
De
repente la sangre desapareció de mi rostro durante unos segundos, para regresar
de nuevo a ella con demasiada fuerza, cargada de ira. Los recuerdos vienen a mí
uno tras otro, sin dejarle tiempo al primero cuando aparece el segundo. Ahora,
ahora lo recuerdo todo.
—
¡ERES UN HIJO DE PUTA! — estallé. Todas las caras se volvieron hacia mí, como
pidiendo una explicación a mis repentinas palabras.
—
Yo...
—
¡¿TÚ QUÉ?! No sé qué pasó anoche exactamente en el bosque, ¡PERO TENDRÍAS QUE
ESTAR MUERTO!
—
¡Hija!
—
¡No madre! ¡Él intentó violarme!
Los
ojos de mi madre se agrandaron. Pude ver
el miedo que pasaba por ellos, dejando en seguida lugar al odio.
—
Fuera de mi casa...
—
Pero Sara...
—
¡FUERA DE MI CASA! Y espero no volver a veros por aquí, ¡¿ENTENDIDO?!
—
Sí... vámonos Donovan, ya hablaremos en casa...
Mientras
ambos se marchaban, mi madre se giró enseguida para mirarme a los ojos, con los
suyos llenos de lágrimas.
—
Cariño... — no logró articular ni una palabra más, cuando estalló en lágrimas y
me abrazó con fuerza.
—
Madre, tranquila, estoy bien... Ese mal nacido no consiguió hacerme nada...
Intenté
consolarla, pero sabía que en aquel momento lo único que podía hacer por ella era
abrazarla y dejar que llorara, que se liberara. Cuando pasaron unos minutos nos
sentamos en mi cama.
—
Dime hija, ¿qué pasó anoche?
—
Íbamos bebidos, y Donovan me llevó a dar un paseo. Entramos en el bosque. No
entendía por qué me llevaba tan lejos, ahora sé que era para que nadie pudiera
oírme... Una vez dentro empezó a hablarme, y me besó. Yo le dije que no, que ya
le había dado mi respuesta y que no quería hacer esto. Pero él no me escuchaba,
y empezó a desnudarme — pude ver mi dolor reflejado en la cara de mi madre —. A
partir de ahí sólo tengo vagos recuerdos. Sé que gritaba, aunque sabía que
nadie me escucharía desde allí. Consiguió desnudarme, pero mientras me
observaba desnuda, le empujé y salí corriendo. Él empezó a seguirme,
gritándome. Tropecé, y noté cómo se echaba sobre mí. Sentía su aliento y su calor,
pero no me tocaba... Entonces algo pasó, no sé si era alguien más, o algo. Se
escuchaba una voz, susurraba cosas, pero no entendía nada, entonces ya no era
capaz de ver a Donovan, y poco a poco me quedé dormida, sin poder hacer nada
para remediarlo... Pero recuerdo algo... una persona creo. Puede que un hombre,
era alto y fuerte, pero no recuerdo su cara. Y lo siguiente que tengo en mi
mente es que estaba sola y desnuda en ese bosque...
—
Oh cariño... — las lágrimas empezaron de nuevo a brotar de sus ojos.
—
Tranquila madre, estoy bien. Algo o alguien me salvó. Pero hay algo que no
entiendo. Si había otra persona allí, ¿por qué dicen que soy una bruja? — mi
madre se secó las lágrimas para contestarme.
—
Cielo, Donovan dice que de repente cambiaste, que intentó tocarte y era como si
hubiera una barrera a tu alrededor, que no podía traspasar... Como... como si
fuera magia...
—
Pero madre eso es imposible...
Porque
aquello no tenía ningún sentido. ¿Magia? Anoche casi me violan y ahora me
tachan de bruja... ¿Qué es lo que pasó anoche? ¿Qué está pasando conmigo? ¿Por
qué esos sueños en el Bosque?
¿Por qué todo era tan complicado?
¡Donovan hijo de puta! Qué necesidad de que la pobre se case si no quiere... aunque, tiene una buena madre, que sabe respetar sus decisiones a la vez que se preocupa, y eso es bueno. Es linda la relación que hay entre las dos :). Así que trabaja de mesera en un bar de artistas... sería un trabajo interesante, la verdad. Como dice ella, podés escuchar millones de historias...
ResponderEliminarMás que maldito, yo diría que está bendito. Quiero saber más sobre ese lugar... me encanta imaginarme la escena de ella abrazando un árbol, qué dulce. ¿Así que había otro hombre? ¿Y si era un ser del bosque? Tendría sentido, a este punto.
Me fascina. Agradezco el largo de los capítulos, es bueno tener mucho que leer :).
Oficialmente odio al cabrón de Donovan! Es asqueroso que la intente violar y luego la llame bruja, suerte que pudo escapar. Me muero por saber mas sobre el bosque maldito y el hombre misterioso. El sueño que tiene mas que inquietante o extraño me parece tierno, en mi opinión representa que ella tiene algun lazo con el bosque
ResponderEliminarUn beso
maldito Donovan!! así que ella es una bruja??? me parece todo muy misterioso e intrigante y me gusta mucho!! y eso de que el bosque sea algo maldito y tan misterioso, me encantaa!! ^^
ResponderEliminar(en otro rato seguiré leyendo el resto, ok?)
un besooo
¡Muchas gracias! Me alegro mucho de que te guste la historia :)
EliminarUn beso!
Hola!!!
ResponderEliminarEse Donovan, debería agradecer que sigue vivo, y encima le acusa de bruja a ls pobre
Ahhh!!! Lo odio!!!
Me fascinó el capítulo :D. Escribis muy bien *-*!!
Te sigo leyendo :)
Lo cierto es que casualmente para los hombres siempre nos convertimos en brujas cuando les dices que no. No me sorprende del todo eso, excepto porque al parecer, comienza a salir a flote alguna magia ¿quizá? Seguiré leyendo!
ResponderEliminarPues vaya con el Donovan, no me cae muy bien.
ResponderEliminar¿Una bruja? ¿Bosque maldito? Totalmente enganchada con tu historia, y eso que llevo dos capítulos hehe :)
Magia, problemas románticos, misterios... Tu historia es perfecta! Tu historia es muy amena para leer, a pesar de que das información sobre la novela :))
ResponderEliminarY los personajes son interesantes, todos por sus detalles ^^
Un beso!
Está buenisima, aprovecho de decirte que hay un premio para ti http://elescritoriodelidiamuller.blogspot.com/2013/07/premio-comparte-7-cosas-sobre-ti.html
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí, y muchísimas gracias por el premio ^^
EliminarAhora mismo me paso a verlo ♥
Grrr...odio a Donovan, ¡que rayos! Ese desgraciado debió haberse quedado en el bosque para siempre... ._. Pobre la madre de la protagonista, ya me imagino lo preocupada que se pudo haber sentido. Y... ¿Bruja? Hmmm....algo raro paso en el bosque y ya quiero saber que es :3
ResponderEliminarEn fin, ¡nos vemos cuídate! n_n
Me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! no he leído más que dos capítulos a parte del prólogo y me has enganchado....tu tienes un don.
ResponderEliminarBienvenidas al Bosque, espero que os siga gustando conforme avancéis en la historia ^^
ResponderEliminarY Kahurma, muchísimas gracias por el comentario, me acabas de alegrar el día ♥
O.O ¡Me encanta! Ese Donovan, ¡hijo de...! >.< Menos mal que la protagonista no se dejó violar :3
ResponderEliminarPero adoro como narras los acontecimientos y vas descubriendo pequeños misterios (como el porqué de que estuviese desnuda) y, al mismo tiempo, vas introduciendo otros misterios mayores (el del bosque *.*).
También has caracterizado muy bien a los personajes: la protagonista fuerte y decidida, la madre responsable...incluso has caracterizado muy bien de cabrón a Donovan >.<
Me ha gustado mucho :))
Un beso!! ^^
PD.: Siento no haber seguido leyendo antes, es que estuve de viaje y apenas me podía conectar, solo desde mi móvil >.< xD